La explosión del lago Nyos: un asesino silencioso en África

explosion of Lake Nyos

En agosto de 1986, el explosión del lago Nyos En Camerún, se liberó silenciosamente una fuerza letal que mató a más de 1700 personas en cuestión de minutos. Sin fuego. Sin estruendo.

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Sólo una nube invisible e inodora de dióxido de carbono que recorre los valles, sofocando todo a su paso.

Es uno de los desastres naturales más escalofriantes de la historia moderna y, sin embargo, uno de los menos recordados.

Este artículo analiza la catástrofe desde una perspectiva centrada en la ciencia, la memoria social y la resiliencia. Exploramos cómo ocurrió la tragedia, qué ha aprendido la ciencia desde entonces y cómo influyó en la prevención de desastres a nivel mundial.

Una noche sin previo aviso

Alrededor de las 9 p.m. del 21 de agosto, los habitantes de los valles debajo del lago Nyos se prepararon para dormir.

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Algunos cocinaban; otros terminaban conversaciones con los vecinos. Al amanecer, casi todos los seres vivos en un radio de 25 kilómetros estaban muertos.

Una nube densa e invisible de CO₂ se había elevado desde el lago cuesta abajo, abrazando el suelo y asfixiando a todos los que estaban a su alcance.

Los cuerpos fueron encontrados en poses serenas, como si la muerte hubiera llegado con suavidad. El silencio posterior fue desconcertante.

Sobrevivientes como Joseph Nkwain describieron haber despertado confundidos, paralizados y rodeados de muerte. Recordó: «Perdí a toda mi familia de la noche a la mañana. Fui uno de los pocos que despertó».

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¿Qué hizo que el lago Nyos fuera explosivo?

El lago Nyos no es un lago cualquiera. Ubicado en el campo volcánico Oku de Camerún, se asienta sobre una cámara de magma latente pero activa.

Durante décadas, el CO₂ se filtró desde abajo y se disolvió en las capas inferiores del lago, donde el agua más fría y pesada atrapa los gases bajo presión. Los científicos lo llaman "lago estratificado", y es una bomba de relojería.

Un posible detonante de la explosión del lago Nyos Fue un deslizamiento de tierra o una fuerte lluvia lo que interrumpió esta estratificación.

La repentina liberación de presión permitió que el gas entrara en erupción violentamente. Este inusual evento, conocido como «erupción límnica», expulsó alrededor de 1,2 millones de toneladas de CO₂, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.

La nube de gas, al ser más pesada que el aire, permaneció cerca del suelo. Asfixió a personas, animales y vegetación de forma silenciosa y eficaz. Los sobrevivientes describieron el aire como "espeso" e irrespirable.

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Cuando la ciencia se puso al día con la tragedia

Las erupciones límnicas eran poco comprendidas antes de 1986. De hecho, el fenómeno estaba casi ausente de la literatura geológica.

El explosión del lago Nyos Desencadenó un frenesí científico. Equipos internacionales, incluidos geólogos estadounidenses, franceses y cameruneses, se apresuraron a investigar.

Confirmaron el peligro: se habían acumulado grandes cantidades de CO₂ en el lago.

La tragedia condujo al desarrollo de columnas de desgasificación: tuberías que extraen y liberan gas de las capas profundas del lago lentamente, evitando otra erupción.

Hoy en día, el lago Nyos está equipado con varios sistemas de este tipo, que todavía siguen en funcionamiento.

Un importante estudio publicado en Naturaleza (2020) advirtió que sin un mantenimiento continuo, el lago podría volverse inestable nuevamente.

Además, las paredes naturales del lago, erosionadas por el tiempo y el clima, también representan un riesgo de falla estructural.

Tabla: Datos clave sobre la explosión del lago Nyos

CategoríaDetalle
Fecha del incidente21 de agosto de 1986
UbicaciónNoroeste de Camerún
Número de muertos1.746 personas, 3.500 cabezas de ganado
Tipo de desastreErupción límnica
Gas liberadoDióxido de carbono (CO₂)
Volumen de gasMás de 1,2 millones de toneladas
Radio de impactoHasta 25 kilómetros
Estado actualDesgasificación en curso; área monitoreada
Amenazas futurasErosión estructural; riesgo de reacumulación de gas

El costo real de la ignorancia

Antes de 1986, ningún gobierno contaba con protocolos para erupciones límnicas. Los servicios de emergencia en Camerún no estaban preparados y estaban desbordados.

Las teorías iniciales abarcaban desde una guerra química hasta una retribución espiritual. Pasaron días antes de que los científicos pudieran explicar lo ocurrido.

Dos ejemplos ilustran la imprevisibilidad de este desastre. Una niña sobrevivió porque su casa tenía una ventana abierta que permitía la entrada de oxígeno.

Otro sobreviviente, un camionero que dormía en su cabina más lejos del lago, sobrevivió gracias a la altitud. Ambos sobrevivieron, no por advertencia ni planificación, sino por casualidad.

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Olvidado pero no irrelevante

La atención mundial se desvió rápidamente del explosión del lago Nyos, pero la amenaza no desapareció.

De hecho, el lago Kivu, situado en la frontera entre Ruanda y la República Democrática del Congo, contiene aproximadamente 300 veces más CO₂ y metano que Nyos.

Amenazaría casi 2 millones de vidas en caso de una erupción similar.

Esto ha impulsado un monitoreo exhaustivo y esfuerzos de desgasificación temprana. Los gobiernos han colaborado con científicos internacionales para instalar sistemas de ventilación, similares a los del lago Nyos.

Sin embargo, persisten la inestabilidad política y los déficits de financiación. Para 2025, la región sigue siendo vulnerable.

Para obtener una descripción completa de las tecnologías de desgasificación de lagos y las zonas de riesgo globales, consulte este informe detallado del USGS.

Lecciones para un mundo en calentamiento

La tragedia del lago Nyos también se relaciona con la climatología. El aumento de las temperaturas afecta la estratificación del lago, los patrones de lluvia y la erosión.

Según la Organización Meteorológica Mundial, el cambio climático puede aumentar la probabilidad de saturación de gas y la inestabilidad en los lagos de cráter.

La tecnología de almacenamiento de gas, a menudo promocionada como una solución climática, ahora se inspira en el lago Nyos.

Los ingenieros que diseñan sistemas subterráneos de captura de carbono deben planificar la gestión de la presión para evitar desencadenar erupciones de gas, un paralelismo extraído directamente de la experiencia de Nyos.

En este contexto, Nyos no es una reliquia. Es una historia con moraleja.

¿Podría suceder esto en otro lugar?

Sí. Más allá del lago Kivu, hay más de 100 lagos de cráter en todo el mundo, muchos de ellos poco vigilados.

Regiones de Indonesia, Filipinas y partes de Sudamérica albergan lagos volcánicos con propiedades similares. La mayoría carece de sistemas de desgasificación.

En Estados Unidos, los lagos de la Cordillera de las Cascadas se estudian periódicamente, pero la financiación es irregular. Los geólogos advierten que centrarse únicamente en las erupciones volcánicas conocidas subestima el riesgo de los fenómenos gaseosos.

Si la prevención está impulsada por la memoria, entonces el desvanecimiento del conocimiento de la explosión del lago Nyos Podría costar vidas en el futuro.

Empoderamiento de las comunidades locales

Tras el desastre, el gobierno camerunés reubicó a miles de supervivientes en zonas más seguras.

Sin embargo, muchos regresaron a sus pueblos de origen, atraídos por los lazos ancestrales y la tierra fértil. Las campañas educativas locales ahora enseñan a los residentes sobre los riesgos del gas y las respuestas ante emergencias.

Se han instalado sensores alimentados por energía solar y sistemas de alerta SMS para detectar los niveles de gas y señalar las evacuaciones.

Estas soluciones de baja tecnología impulsadas por la comunidad suelen ser más confiables que los sistemas centralizados, especialmente en regiones con infraestructura limitada.

Para obtener más información sobre los esfuerzos actuales de mitigación de riesgos, consulte este Actualización del Programa de Asistencia para Desastres Volcánicos.

La memoria que no podemos permitirnos perder

Hoy, el lago Nyos está en calma. Los pájaros cantan. El ganado pasta. A la vista, es sereno. Pero en el fondo se esconde una advertencia escrita en el lenguaje de la química, la geología y el silencio.

El mundo aprendió una lección vital: no todos los desastres traen humo ni llamas. Algunos susurran. Y si no escuchamos, gritan.

El explosión del lago Nyos Es un doloroso recordatorio de cómo la ignorancia, la inacción y la mala comunicación de riesgos pueden amplificar una tragedia.

Pero también demuestra resiliencia: en la ciencia, en la política y, lo más importante, en las personas que lo vivieron.

Preguntas frecuentes

¿Qué causó la explosión del lago Nyos?
La acumulación de dióxido de carbono (CO₂) en las profundidades del lago, liberado repentinamente debido a un desencadenante natural como un deslizamiento de tierra.

¿Existe todavía riesgo de otra erupción?
Sí. Aunque los sistemas de desgasificación estén activos, el riesgo persiste si dichos sistemas fallan o no reciben mantenimiento.

¿Existen otros lagos en riesgo en el mundo?
Sí. Lagos como el Kivu, en África Central, plantean amenazas aún mayores debido a su tamaño y a la población que los rodea.

¿Cómo influye este acontecimiento en la ciencia moderna?
Redefinió nuestra comprensión de la saturación de gas en los lagos, los riesgos del almacenamiento subterráneo y la prevención de desastres naturales.

¿Dónde puedo encontrar información más confiable sobre este tipo de desastres?
En los sitios web de USGS y VDAP, ambos especializados en peligros geológicos y volcánicos.